viernes, 1 de enero de 2016

Sentido recuerdo

Escrito por Miguel Martín 30 de diciembre de 2015

A Carlos García Ferrero


Foto: Miguel & Carlos, Concierto Primavera 2011

Ayer 29 de diciembre me comunicaron que Carlos García, profesor y coordinador de las Actividades Extraescolares en el colegio "Estudio" y gran músico, había fallecido por la mañana. Como ante todo era un amigo al que tenía muchísimo aprecio, al que conozco desde que tenía diez años aproximadamente y con el que he compartido cosas muy especiales quiero escribir para él unas palabras.

Yo lo conocí porque fue alumno, primero, colaborador después, de los "Cursos de Música Barroca y Rococó" que organizaban y dirigían mis padres en San Lorenzo de El Escorial, todos los veranos de agosto. Siempre me cayó muy bien, yo era niño y él mayor, pero me era alguien entrañable.

Tiempo después, a sorpresa mía, siendo yo alumno de la clase 16 en el colegio "Estudio" (he sido alumno desde la 4, terminé los estudios allí y ahora trabajo allí como profesor de extraescolares) resulta que el profesor de música fue Carlos. Para mí fue una alegría, porque me daba mucha confianza. Él también se estrenaba como profesor. No tengo recuerdo especial sobre la manera en que daba las clases, sobre si bien, mal, divertidas o aburridas, imagino que en la media, pero ahí fue nuestro primer contacto en "Estudio".

Tiempo después decidí estudiar Magisterio, en la especialidad de Educación Musical, en Segovia (Universidad de Valladolid). En aquel tiempo era directora del colegio Elena Flórez quien tras comunicarle los estudios que estaba realizando me ofreció empezar en el colegio impartiendo clases extraescolares. Era el año 2002. Entramos en el 2016 y 14 años después es y sigue siendo mi trabajo.

Empecé dando clases de guitarra (actualmente doy guitarra, bajo, formación vocal, lenguaje musical, armonía y combo). Recuerdo a algunos de mis primeros alumnos como Ramón Rodríguez (que hoy es entrenador de baloncesto en el club de Estudio), Tomás Rojo o Javier Lerín (el mismo), entre otros. En estos primeros años mi relación laboral con el colegio se limitaba a un par de clases a la semana que yo gestionaba directamente en secretaría. Pero tiempo después, no sé ahora desde qué año, Carlos García pasó a ocuparse de las extraescolares. Y aquí todo empezó a cambiar, a mejor.

Carlos y yo hemos hablado mucho (y compartíamos) acerca de lo que para nosotros debería ser la educación en un colegio y en concreto en unas actividades extraescolares. Siempre pensábamos que lo que se hacía en extraescolar, siendo que en "Estudio" todo queda en casa, no fuese algo ajeno al colegio, por muy extraescolar que sea el nombre. Es decir, hemos tenido siempre un interés por la marcha del alumno en el colegio, en su rendimiento, su relación con los compañeros, etc. porque entendíamos que eso era importante para la música, pero también que a través de ella podíamos ayudar al alumno a encontrar su camino, como así ha sido en multitud de ocasiones. Hemos intentado que las clases sean algo especial y renovándonos cada año con propuestas diferentes, como el Concierto del Día de la Primavera, los combos, las audiciones, etc. Actividades todas que se han ido introduciendo poco a poco, según crecía la importancia y el número de alumnos de lo que hacíamos. Durante muchos años las clases de guitarra eléctrica, bajo y batería han sido y son las actividades que más alumnos ha tenido extraescolares así que decidimos llamar a este nuestro sector como "Música Actual", porque requerían además de una gestión especial (las clases de instrumento, por ejemplo, no son concebibles con 10 alumnos en una sola clase, pero sí en una clase de diseño gráfico o taller de cuentos).

Todo lo que hemos construido ha sido posible porque Carlos tenía un talante, una manera abierta, especial de entender la relación entre él y las personas a su cargo. Antes de que se le nombrara oficialmente coordinador de actividades extraescolares, cuyo cargo trajo consigo todo lo relacionado con los intercambios, pasaba casi todos los días por clase, para preguntar qué tal iba todo, cómo podíamos mejorar, si se nos ocurrían actividades nuevas que pudieran interesar a los alumnos, si necesitábamos algún material, etc. Había comunicación de ida y vuelta que nos enriquecía, nos hacía mejorar y nos hacía disfrutar enórmemente de nuestro trabajo.


Foto: Carlos & Gamarra, Concierto Primavera 2011

Y a esa actitud, talante, mano izquierda, diplomacia, a esa persona quiero dedicar estas palabras (al jefe, al músico y al amigo), para agradecerle todo. Agradecerle las facilidades que me ha dado para trabajar bien y a gusto, por haber aprendido muchas cosas sobre las relaciones humanas y, en fin, haber hecho de mi trabajo algo bueno y agradable.

Los últimos años me hablaba del agotamiento que tenía. Me decía que entre los intercambios, las clases extraescolares y las escolares estaba un poco agobiado de trabajo y bromeábamos con que si se retiraba ya seguiría yo con nuestro proyecto. Pero ¡joder Carlos! ¡No es esto lo que habíamos hablado, así no García, así no!

Estarás siempre en el lado bueno de mis recuerdos.

Miguel