Hay ausencias que duelen como si el corazón se te agarrara y sintieras que te empiezas a deshacer en pedazos.
A esas ausencias, que no pudieron estar en el festejo, va dedicado este vídeo. Porque para llegar arriba uno tiene que encontrar gente en el camino que te empuje. Pueden ser los hijos (y las hijas), los amores y esos alumnos que creen en ti a ciegas, año tras año y que se les acaba queriendo casi como a hijos y que, también, os homenajeo aquí.
Se os echó de menos cada nota que sonó. Se te echó de menos cada nota de cada instrumento, de cada coro, de cada voz.
Reivindicamos aquí la Música que nos sujeta el alma. ¡Viva!
